miércoles, 9 de junio de 2010
SIDA
El síndrome de inmunodeficiencia adquirida, más referido por su acrónimo SIDA o sida, es una enfermedad que afecta a los humanos infectados por el VIH. Se dice que una persona padece de sida cuando su organismo, debido a la inmunodeficiencia provocada por el VIH, no es capaz de ofrecer una respuesta inmune adecuada contra las infecciones que aquejan a los seres humanos.
Cabe destacar la diferencia entre estar infectado por el VIH y padecer de sida. Una persona infectada por el VIH es seropositiva y pasa a desarrollar un cuadro de sida cuando su nivel de linfocitos T CD4, células que ataca el virus, desciende por debajo de 200 células por mililitro de sangre.
El VIH se transmite a través de los siguientes fluidos corporales: sangre, semen, secreciones vaginales y leche materna
Cómo actúa el VIH?
El virus del SIDA ingresa al organismo a través de la sangre, el semen y los fluidos vaginales y una vez incorporado ataca el sistema inmunológico. Este sistema está constituido por un conjunto de componentes que incluyen células, anticuerpos y sustancias circulantes que enfrente a todo elemento que sea reconocido como ajeno o extraño. Esto sucede, especialmente con los agentes infecciosos como bacterias, hongos, virus y parásitos.
Frente a la presencia de agentes infecciosos el sistema inmunológico moviliza para defenderse células llamadas linfocitos. Los linfocitos, al ser invadidos por el virus VIH pierden su capacidad para reconocer y enfrentar a los agentes extraños, los que aprovechan la oportunidad de esta caída de la vigilancia inmunológica para proliferar. Para multiplicarse, el virus pone en funcionamiento un mecanismo específico de los retrovirus por el cual copia su genoma (conjunto de información genética de un ser vivo) de ARN, en el ADN de la célula. La presencia del virus estimula la actividad reproductiva de los linfocitos pero, dado que tienen copiado el genoma del VIH, en vez de reproducirse, multiplican células virales.
A medida que el virus se reproduce, el organismo se hace cada vez más vulnerable ante enfermedades contra las cuales, en tiempos normales puede defenderse. A estas enfermedades se las denomina enfermedades oportunistas. La caída de las defensas no es masiva y uniforme sino que permite con mayor probabilidad la aparición de ciertas enfermedades: infecciones (las más frecuentes son las pulmonares, y también otras producidas por diversos virus, bacterias, hongos y parásitos), y distintos tipos de cáncer (los más comunes son lo que afectan la piel y los ganglios linfáticos).
Uno de los indicadores más evidentes del avance de la infección y del desarrollo del SIDA, es la aparición de estas "enfermedades oportunistas". Por eso se las considera "marcadoras" o "trazadoras". Marcan la presencia y evolución de la infección. A ellas se suman los efectos directos del virus en el organismo, que incluyen, entre otros, trastornos del sistema nervioso y del aparato digestivo. Cuando el portador del VIH desarrolla este conjunto de afecciones se lo considera un enfermo de SIDA.
Como se expuso anteriormente, puede suceder que el VIH, una vez ingresado al organismo permanezca "en reposo" dentro de los linfocitos invadidos. En esta situación, el paciente no tiene síntomas, por eso se lo llama portador asintomático. Sin bien no presenta síntomas el portador asintomático puede contagiar a otras personas sin saberlo.
¿Qué contagia?
Cada especie de virus busca su medio natural donde vivir y desarrollarse.
El virus del SIDA puede hospedarse en la:
Sangre
En las secreciones del aparato genital del hombre (semen)
En las secreciones de aparato genital de la mujer (vagina)
En la leche materna,
En la saliva,
En la orina y demás líquidos corporales.
Sin embargo, el contagio sólo es por:
Sangre con sangre,
Sangre con semen,
Semen con fluido vaginal,
De madre a hijo durante el embarazo, el parto, o durante la lactancia.
Transmisión del VIH durante el contacto sexual
La vía sexual es la más habitual forma de contagio (75% de los casos).El HIV necesita entrar en el cuerpo para que se produzca la infección. Los fluidos sexuales provienen del pene de un hombre o de la vagina de una mujer, sea antes de, durante o después del orgasmo. Las pautas del sexo más seguro son modos de reducir el riesgo de transmitir el VIH durante la actividad sexual.
Las prácticas seguras no ofrecen ningún riesgo de transmisión del VIH. La abstinencia (nunca tener relaciones sexuales) es totalmente segura. El sexo con un solo compañero es seguro si ninguno de los dos está infectado y si nunca tienen sexo con nadie más.
· PRACTICAS INSEGURAS
El sexo inseguro tiene un riesgo alto de transmitir el VIH. El más riesgoso es cuando la sangre o los fluidos sexuales tocan las áreas suaves, húmedas (las membranas mucosas) dentro del recto, vagina, boca, nariz o punta del pene. Estos pueden dañarse fácilmente lo que facilita la entrada del VIH al cuerpo. El contacto sexual vaginal o rectal sin protección es muy inseguro. Los fluidos sexuales entran en el cuerpo y dondequiera que el pene del hombre penetre puede causar rasguños pequeños que aumentan el riesgo de infección por el VIH. El compañero receptivo, probablemente tiene más riesgo de ser infectado aunque el VIH podría entrar en el pene, sobre todo si tiene cualquier herida abierta o si hay contacto durante mucho tiempo con la sangre o los fluidos vaginales infectados por VIH.
· PRACTICAS MÁS SEGURAS
La mayoría de las prácticas sexuales lleva algún riesgo de transmitir el VIH. Para reducir el riesgo es necesario tomar ciertas precauciones.
· PREVENCION
En la relación sexual el uso de preservativos es la forma más efectiva de evitar el contagio del virus y de otras enfermedades de transmisión sexual (ETS): sífilis, gonorrea, herpes, etc. Sin embargo, el uso incorrecto de los preservativos conspira contra su efectividad. Usar correctamente un preservativo es la mejor forma de prevención mecánica de todo contagio.
La transmisión perinatal puede reducirse para ello es necesario:
ð Prevenir que la madre contraiga el VIH;
ð Proveer pruebas para detectar el VIH;
ð Proveer servicios gratuitos o de bajo costo;
ð Proveer acceso a drogas anti-VIH durante el embarazo;
ð Recomendar que las madres VIH positivas no amamanten a sus bebes y proveer alternativas viables de amamantamiento.
La transmisión perinatal no se puede prevenir si la mujer desconoce que es VIH positiva. De cada 10 mujeres VIH positivas en los países en vías de desarrollo más de 9 desconocen estar infectadas. En los EE.UU. muchas mujeres descubren ser VIH positivas al acudir a su examen prenatal o cuando el recién nacido recibe resultado positivo a al prueba de VIH. El acceso a cuidados médicos antes y después del nacimiento es crítico para la reducción de la transmisión perinatal del HIV. No existe este acceso para muchas mujeres en los EE.UU. y mundialmente. El 32% de las mujeres no recibe ningún tipo de cuidado prenatal institucionalizado, el 40% de mujeres dan a luz afuera de los hospitales.
Los niños VIH negativos que se alimentan con leche materna de una mujer VIH positiva corren un algo riesgo de contra el VIH. El 5% de niños en países en vías de desarrollo se infectan por medio de la leche materna, y el riesgo de transmisión del VIH aumenta el 3% cada año que el niño continúa lactando. Es posible prevenir la infección del 10% de los niños que han estado expuestos al contagio por vía perinatal si son alimentados con leche en polvo u otros substitutos de la leche materna.
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HOLA SHIRLEY BIEN HA CON EL TRABAJO DE INVESTIGACION
ResponderEliminarAMIX COMO ESTAS ESTA MUY BONITO EL TEMA DE TU INVESTIGACION SIGUE ADELANTE EN TUS ESTUDIOS SE QUE LO LOGRARAS
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